Foto realizada en Santiago De Querétaro, Querétaro, México.
Fotografía tomada el 22 de Julio de 2008 a las 18:48
Cámara: Canon (Canon PowerShot A640)
Publicada el día 8 de Septiembre de 2011.
No se puede afirmar categóricamente el origen definido de una forma o estilo de un baile tradicional por la falta de datos y el carácter anónimo. Sin embargo, se pueden señalar algunas zonas o regiones del territorio nacional. Los bailes regionales surgen como producto de pasos y estilos que se pusieron de moda. Al penetrar al país se arraigaron con tal fuerza que caracterizaron la expresión dancística del pueblo que los acogió.
Aunque se reconozca que los bailes pertenecen a una constante invasión cultural de Europa a América, no se puede negar que el estilo, significado y manera de ejecutarlos que aportaron los mexicanos de diferentes regiones renovaron sus características.
El fenómeno de recreación de los bailes se complejiza; los bailes que llegaron de Europa regresaban transformados y los que surgían en América se transformaban en Europa de igual manera. El baile se hace espontáneo, ágil y con la alegría auténtica que brinda el sentirse en una patria libre. Lo lugares para bailar se hacen menos exigentes y se improvisan escenarios en plazas, mercados, patios, tertulias, ferias, etcétera, que sirvieron de descarga emocional de las tensiones y como manifestación de los nuevos acontecimientos sociales.
A partir de allí, el “son” surge como una forma musical y dancística de mayor gusto por las nuevas sociedades; su origen en las seguidillas, fandangos y zapateados españoles de antaño, se modifica para producir diversos pasos y formas coreográficas y en cada región del país.
* El hombre y la danza, "Patricia Bárcena Alcaraz, Julio Zavala González, Graciela Vellido Peralta", Editorial Patria, México. 1994