Castello di San Vigilio, Bergamo, Lombardy, Italia

Información:

Las primeras informaciones sobre una fortificación en la Colina de San Vigilio se remontan al siglo VI después de Cristo, aunque no se descarta la presencia de otras estructuras en época romana.
En el año 889, el futuro rey de Italia Arnolfo de Carintia decidió conquistarlo, arrebatándoselo a la comunidad religiosa presente desde el siglo VI, la cual había levantado una pequeña fortaleza nombrada "Castello della Cappella", denominada así por la existencia de una capilla dedicada a Santa María Magdalena.
Entonces el lugar se convirtió en una guarnición militar de gran importancia estratégica, hasta el punto de que en 1.166 el Consejo Municipal de la ciudad decidió edificar allí un castillo más grande que el anterior.
Gracias a las intervenciones del Ducado de Milán en el Siglo XIV y sobre todo de la República de Venecia en el Siglo XVI, el Castillo de San Vigilio fue ampliado y reforzado notoriamente. Se realizaron muchos cambios, como los cuatro torreones equipados con cañoneras y troneras, conectados entre ellos a través de una gran muralla defensiva en forma poligonal, junto con un fosado de protección.
Durante el siglo XVI se llevaron a cabo muchos asedios por parte de los franceses y los españoles. Por eso se quiso construir un imponente cinturón de baluarte. Además, se derribó la torre central de origen medieval, para permitir un mayor flujo de presidios militares, e incluso de construyeron los alojamientos de los soldados y la llamada "Casa del Castellano".
Ya a finales del siglo XIX se empezó a considerar el Castillo como destino turístico: la estructura fue comprada por la familia Soregaroli para abrir un restaurante. Se trató casi de una premonición, porque hoy en día la Colina de San Vigilio, con sus dos restaurantes de lujo, es uno de los destinos ideales si se pretende disfrutar de una extraordinaria cena romántica, gracias también a la atmósfera idílica que regala el funicular de San Vigilio, construido en 1.912 para comunicar la Colina con la "Porta Sant’Alessandro".
Después, el Ayuntamiento de Bérgamo adquirió el Castillo y lo abrió al público en 1.962, mientras que el funicular, fuera de servicio desde 1.976, volvió a funcionar en 1.991.