Guerrero Viejo (Tamaulipas), México

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Actualmente es un pueblo fantasma, donde yacen confusos montones de piedras que otrora fueran casas, refugios o monumentos que han ido modificando el paisaje y su color por el paso del tiempo, también por el hecho de haber permanecido tantos años sumergidas bajo el agua. En el año 1953, tuvo que ser abandonada totalmente por sus moradores, al ser inundada debido al desborde de la Presa Internacional Falcón, construida en los límites de Tamaulipas y Texas, a unos 100 km. de Laredo. El pueblo quedó totalmente anegado, emergiendo solamente, la cúpula de la Iglesia De Nuestra Sra. del Refugio, ubicada enfrente de de la plazoleta Cívica. Después de esa gran inundación, no ha quedado libre de otras posteriores, hubo ciclones como el Beulah en 1967, también en el año 1971, en que volvió a desbordarse el Río Bravo
La existencia de este pueblo abandonado atrae a centenares de turistas, tanto de la zona tamaulipeca como de Estados Unidos, que se acercan a contemplar lo que aún se conserva de lo que fue una esplendorosa ciudad.
Al ser territorio semidesértico, el gran calor que afecta al mismo, evaporando casi totalmente el agua de las crecidas, ha hecho que en algunos momentos se pueda caminar por sus calles angostas como en esta ocasión y apreciar las ruinas del entorno, que conserva numerosos edificios de piedra arenisca. Los dinteles, cornisas y marcos tallados en piedra, constituyen un aporte de la arquitectura latinoamericana con cierta influencia española, que le dan al lugar, carácter de obra artística.
La Iglesia fue recientemente restaurada y es considerada como el monumento religioso mas relevante de Tamaulipas.
Esta ciudad tuvo 4 asentamientos, cuatro nombres y cuatro historias hasta 1953. Algunos de sus antiguos habitantes se encuentran establecidos en la ciudad Nuevo Guerrero, son quienes tratan por todos los medios de preservar ese patrimonio que perteneció a su infancia y que fue testigo de sus primeros juegos, de su aprendizaje, como así de la constante sombra de sus ancestros. Cuentan con un abundante archivo que fue proyectado y puesto en marcha por su directora María del Carmen González, quien tiene la ardua tarea de preservar la historia de una ciudad como Guerrero Viejo, que nunca estará libre de los desbordes del Río Bravo como tampoco de las leyendas que se tejen en su entorno.
A propósito, comentan que almas en pena recorren las ruinas o que los espíritus toman represalias contra quien osen llevarse piedras del lugar, cual si fuesen guardianes de un pasado que no se quiere ir.

No puedo dejar de expresar que el haber recorrido sus calles, el colegio, la iglesia, el cementerio y sus caminos bordeados de nopales, me dejó una extraña sensación, como si el tiempo conservara aún plasmadas en el aire puro del lugar, las viejas energías de más de medio siglo.